LA CASA BLANCA DEL PRESIDENTE

Recuerdo que hace mas de dos años cuando Enrique Peña Nieto gano la presidencia de México yo me preguntaba cómo le habrá hecho ya que era un personaje que a plenas luces se apreciaba la poca capacidad que tenia para dirigir un país, mi querido maestro me dijo que en nuestro país no importa la capacidad de una persona puesto que los que en verdad dirigen siempre se encuentran ocultos tras la sombra del Presidente. En estos días ha salido a la luz lo necia, indiscreta e inoportuna resulta que puede resultar la realidad objetiva a través de un equipo de reporteros de la periodista Carmen Aristegui que enteraron al mundo entero sobre la existencia de una casa blanca propiedad supuestamente de la esposa del Presidente y esto le ha costado a la periodista su fuente de trabajo. Muchos acusan a la empresa MVS, sin embargo poca culpa tiene ya que ha sido puesto el empresario contra las cuerdas y todos sabemos que con el poder no se juega, de esta manera pueden seguir impunes su carga de corrupción lucrativa, las mansiones de Malinalco, Ixtapan de la Sal y en esta ciudad capital esa casa blanca angélica que cambia de color, pero no de estructura simbólica sobre las prácticas más detestables de descomposición de las esferas del poder público. Mi querida Carmen sin hacer uso de adjetivos fáciles nos da una idea clara de la magnitud y la trascendencia de lo que se está informando, un ejemplo de ética para los comentaristas que ponen en venta sus espacios convirtiéndolos en mercancías y servicios al mejor postor. En un país donde nos han vendido la falsa idea de la democracia, donde seguimos poniendo nuestras esperanzas en un voto que no cuenta ni ha contado nunca, Carmen Aristegui se convierte en una figura emblemática del México actual a través de un proceso ampliamente documentado por el equipo de investigación coordinado por ella en el cual una vez más, el gobierno supuestamente elegido por la mayoría ha sido utilizado por parte de quienes lo detentan para su beneficio personal y no para cubrir compromisos contraídos a espaldas de la nación. Ha quedado ya casi en el olvido lo de Ayotzinapa hasta hoy ignorado por las esferas del poder pero que ha puesto en evidencia a los actores de la política nacional. Carmen Aristegui se ha convertido, ante los últimos sucesos, en el extremo de un eje de lucha, en cuyo extremo contrario se encuentra todo lo que ya no queremos para nuestro país, centrado irremisiblemente hoy en la figura del Presidente, una figura manipulada por los verdaderos jefes que están llevando al país al abismo. Lo lamento mis queridos lectores pero hoy como siempre “Esto es México…”